LA FORMACION PROFESIONAL INICIA EN UN SUEÑO
Hace exactamente 20 años
concluí los estudios secundarios y había decidido estudiar la especialidad de educación. Residía en Chiclayo y a pesar de la oferta educativa que había en
el lugar donde vivía, era mi sueño estudiar en
la Universidad Peruana Unión y llegar a ser una buena docente que incentive el
éxito en sus alumnos, tanto en su vida personal como en conocimientos y habilidades,
a cambio de nada, sólo
ser apreciada por ellos.
El sueño en ese entonces no se pudo concretar por distintos
motivos, tal vez el principal por falta de fe en Dios
y mi propia capacidad. No estudié en la universidad
que soñaba y tampoco curse la especialidad que anhelaba. Casos similares
he conocido en mi desempeño profesional, donde he encontrado jóvenes que ni siquiera
saben por qué siguen una especialidad o cual será su campo de acción una vez
terminada la universidad. Tal vez hace veinte años cruzaban por mi mente las
siguientes preguntas: si elijo otra especialidad, ¿es que acaso no podré ser la
mejor?, ¿Si elijo otra formación profesional me tengo que olvidar de aquella
que anhelaba?, ¿Dentro de cinco años estaré destinada a trabajar en la
especialidad que estudié y allí terminará todo?
El sistema educativo en el
Perú exige de manera obligatoria que los alumnos cursen tres años de educación
inicial, seis años de educación primaria y cinco años de educación secundaria, para que habiendo
culminado este tiempo de educación, con 16 años en promedio de edad a nivel nacional (INEI,
2011), pasen de manera voluntaria a continuar estudios educativos en una
entidad superior, sea esta universitaria,
escuela o instituto técnico.
A manera de ayuda, los
alumnos durante la educación secundaria deben participar de un proceso de
orientación vocacional con la finalidad de obtener información de sí mismo, el
sistema educativo y el mundo profesional; para luego analizar la información
recibida, reflexionar y tomar la decisión (Álvarez M. et al, 1994). En muchos
de nuestros colegios secundarios,
los alumnos sólo participan de un test de orientación vocacional con
aproximadamente 90 preguntas. Una vez aplicado el test, el colegio les da
charlas donde explican cada una de las formaciones profesionales que brindan las
universidades, sus ventajas, fortalezas, debilidades y campos de acción. El
problema es que cuando en el colegio realizan los test de orientación vocacional, los grupos de amigos
suelen elegir las mismas alternativas a las preguntas o incluso algunos marcan sin pensar no cumpliendo el propósito de
dicho test, por lo tanto se obtendrán resultados no confiables.
Posteriormente,
dependiendo de la publicidad, oferta educativa, precios, calidad y prestigio de
cada entidad educativa superior, más los medios económicos y familiares del
estudiante, éste termina eligiendo a que centro de educación superior asistirá.
Existen organismos como
SINEACE, que establecen el conjunto de normas y procedimientos estructurados
que garantizan a la sociedad una institución educativa con servicio de calidad.
En otras palabras, el centro de estudios que se encuentre acreditado debe contar
con un reconocimiento público y temporal de la institución educativa, área o
carrera profesional que voluntariamente ha participado de la evaluación (Del
Mastro Vecchione, 2011).
En el Perú según el
reporte de Macroconsult en el 2013 tenemos 89 universidades privadas y 51
universidades nacionales (LIRA SEGURA, 2014), según el último censo universitario en el
2010 la población universitaria asciende a 1 460,000 estudiantes, de los cuales
el 69.4% se encuentra en el sistema universitario y el resto en el no universitario. De los alumnos que se encuentran en el sistema universitario,
782,970 alumnos pertenecen a pre grado y un 51.1%
de éstos son varones (Del Mastro Vecchione, 2011).
En el departamento de Lambayeque
contamos con una universidad nacional, ocho universidades privadas con
programas presenciales y a distancia, dos universidades privadas con programas
a distancia y en promedio doce institutos con resolución directoral; de toda la
oferta educativa superior, algunas tienen mayor demanda que otras, por temas de
calidad (exigencia), precio o ser la única con una determinada formación
profesional. La población universitaria en este departamento al 2010 ascendía a
32,555 alumnos y un 51.5% de éstos es de sexo masculino (INEI, 2011). El
aumento de la oferta educativa superior es por la creciente demanda de la
población urbana del país, así como una mayor cobertura de la educación básica
en el nivel secundario. El área de formación profesional con mayor crecimiento
a través del tiempo es el de ciencias sociales, con un 49% de la población universitaria al 2011 (Asamblea Nacional de Rectores, 2011).
Según la nueva ley
universitaria aprobada en el 2014, una carrera profesional universitaria debe
constar de 10 semestres académicos los cuales deben llevarse en 5 años (Ley N°
30220, 2014), conociéndose como formación de pre grado, porque sólo terminado
este tiempo el estudiante deberá realizar un trabajo de investigación a fin de obtener el
grado de bachiller (primer grado universitario). Durante el tiempo de
permanencia en la universidad, algunos optan por cambiarse de formación
profesional (tema sobre el que fui en su momento aconsejada) porque se dan
cuenta que no es de su agrado la formación que vienen recibiendo (cosa que no
sucedía en mi caso), otros optan por continuar debido a la presión que ejercen los padres o por no perder el tiempo que ya transcurrió,
finalmente otros continúan porque desean cumplir su sueño. En el Perú el 44.4%
de los alumnos de pregrado se encuentran en edades entre 20 a 24 años (INEI,
2011) y un 24.6% de los alumnos tiene más de 25 años. Muchos de los alumnos que
deciden continuar los estudios de formación, a pesar de no ser de su agrado,
llevan los cursos por compromiso y no saben que será de ellos al finalizar el
tiempo de pre grado, incluso llegan a pensar en continuar otra especialidad
posterior a fin de que sus apoderados los sigan manteniendo lo cual alargara el
tiempo de permanencia en el pregrado, esto generará resultados (profesionales)
inadecuados por no haber manejado bien los recursos.
He tenido alumnos que han llevado mis
cursos porque no les quedaba de otra, como si alguien los obligara y los han
llevado dos o tres veces; en cambio,
otros encuentran la utilidad y aplicación del curso en su formación
profesional. En mi caso, estudié estadística porque era la formación basada en
números la que me atraía, adicionalmente el saber que en uno de los campos de
acción en los que me podría desarrollar era la docencia, me animaba aun más a
continuar. Fui la única de mi código que acabo la carrera profesional en cinco
años; considero que siempre fui una buena alumna,
aplicada, estudiaba los temas por adelantado e iba preparada a clase, lo que me
permitió obtener el primer puesto de mi código.
Muchos de los
profesionales egresados que hasta la fecha no realizan una actividad laboral, comienzan a buscar un trabajo en el
grado ya obtenido, con poca experiencia profesional, sólo aquella que
obtuvieron en las prácticas profesionales; otros ejercen su profesión con mucha responsabilidad, creatividad y
competitividad, pues fue su sueño personal.
Una vez obtenido el grado de bachiller y la
licenciatura, busqué alguna oportunidad laboral que tenga que ver con mi
formación profesional, pues no pensaba dedicarme a un trabajo que no relacionado
con ella. Encontré una en mi
especialidad, sin embargo no me sentía tan contenta con lo que realizaba, hasta
que me invitaron a la docencia para
nivel superior. Lo mejor de todo era que iba a dictar cursos de mi
especialidad y a pesar de las dudas respecto a mi capacidad como docente y con
el apoyo de mis padres, acepté.
Los estudios no culminan allí. Después de obtener el grado de
bachiller la formación profesional continua, pues existen diplomados, segundas
especialidades, maestrías y doctorados. Actualmente la oferta educativa en postgrado
ha aumentado, pues muchas universidades la ofrecen. Para obtener el grado de
maestría los egresados deben realizar una tesis, aprobar 48 créditos como
mínimo en un tiempo de 2 semestres como mínimo y el dominio de un idioma
extranjero o lengua nativa , según Visval, ex director de la Escuela de
Posgrado de la USIL (2005), en la maestría se aprende a aprender, aprende a
desaprender todos aquellos paradigmas y creencias limitantes de su propio
desarrollo y finalmente, aprende a emprender su propia transformación y la de
sus organizaciones (Visval, 2005). La especialidad que uno escoge no
necesariamente tiene que ser igual a tu formación profesional, más sí debe
guardar relación con ella o con la actividad laboral que desempeñas para que sea
de utilidad.
En el Perú, un total de 56,358 alumnos se
encontraban matriculados en una escuela de postgrado hasta el 2010, de los
cuales el 51.8% son mujeres. A la vez en el departamento de Lambayeque, 1,946
alumnos cursaban estudios de posgrado hasta el 2010 (INEI, 2011).
La población de alumnos de posgrado a
nivel nacional se encuentra dividida en 79.1% en maestría, 13.7% en Segunda Especialización
y 7.2% en Doctorado, siendo la mayoría mujeres en la maestría como en la Segunda
Especialización (51.4% y 60.3% respectivamente) y lo
contrario (59.9% varones) en el Doctorado (INEI, 2011).
El 2003 inicie la maestría en marketing y
negocios internacionales en mi segunda casa de estudios, la Universidad
Federico Villareal de Lima, con algunas dudas de cuanto me podría ser útil, sin
embargo iba dispuesta a estudiar y aprender lo máximo que se pudiera. Años
después obtuve el grado de Magister, estudié dos diplomados y continuaba
laborando en la docencia, pero siempre con esta pregunta en mente: ¿Cuándo voy
a empezar el último grado profesional?
Posterior a la formación de maestría
viene el grado de doctor y PhD (Doctor en Filosofía). El grado de doctor tiene
como objetivo formar investigadores con capacidad de realizar y orientar los
procesos académicos e investigativos de alta calidad en el área específica de
un campo del conocimiento. Por lo tanto, todos los cursos están relacionados a
la investigación científica, ya que ayudarán a que el estudiante alcance la
sabiduría. Un profesional con grado de doctor en el Perú es aún cotizado
económicamente, pues muy pocos cuentan con este grado. Por ejemplo, sólo el 52%
de los docentes universitarios a nivel nacional cuentan con el Doctorado y la
mayoría en docencia universitaria (INEI, 2011). Cada vez, más universidades
amplían su oferta educativa en doctorados, pues es parte de la evaluación de
algunas acreditadoras internacionales y nacionales o en otros casos para contar
con subvenciones del Consejo Nacional en Proyectos de Ciencia y Tecnología,
dentro de los requisitos solicitados por Concytec a las escuelas de posgrado está:
no solo tener programa de maestría y doctorado sino un cierto mínimo de
egresados que ya cuenten con el grado, estudiantes que se dediquen solo a la
investigación a tiempo completo y que éstos de dediquen a publicar, etc.
Para muchos de los peruanos que desean
continuar sus estudios de posgrado, es difícil dedicarse a tiempo completo a la
maestría o doctorado pues la mayoría debe trabajar y a la vez estudiar, sólo
así podrían sufragar sus gastos de estudio, salvo que la entidad donde laboran
les conceda la subvención para ello.
Hace 20 años el rumbo que elegí fue distinto
al que inicialmente tenía, pero hoy me encuentro feliz realizando mi doctorado
en Gestión Educativa (relacionado a mi sueño) y en la universidad que tenía
como sueño para mi pregrado (Universidad Peruana Unión). Muchos dirán: pero habiendo otras
universidades escogiste esa, pero cada día de
clases me siento feliz con la exigencia académica, con lo que puedo
aprender y me doy cuenta de que es el inicio de algo que no tiene fin, pues
mientras más leo y estudio, me doy cuenta que no existe un final. No sé cuántos
grados más tenga que alcanzar, sólo sé de la gran capacidad que tengo y que
Dios siempre nos tiene preparado un camino mejor al que nosotros soñamos. Hoy
me dedico a la docencia y tras 10 años de experiencia en distintas entidades
superiores, es mi objetivo en cada ciclo académico ser una buena docente, donde
el conocimiento que imparta sea comprendido y asimilado por mis alumnos, que ellos
aproveche todos los recursos que tenemos, y que unido a la confianza, podamos obtener resultados de éxito al final de cada
ciclo.
No importa cuánto tiempo haya pasado,
Dios continúa moldeando mi vida profesional hasta hoy, me dedico a la docencia
y estudio en la Upeu mi doctorado… y estoy segura que esto, no es el final.
Álvarez M. et al. (1994). La orientación vocacional
a través del currículum y de la tutoría. Barcelona: Ice: Graó.
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Del Mastro Vecchione, C. (2011). La educación Superior en
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Visval, V. H. (2005). ¿Por qué se debe estudiar una Maestría?
Caretas.
Flaca al leer tus líneas me has transportado al mundo del estudiante peruano, aquel mundo que deje hace poquito.......Dos te ha dado una gran capacidad y una gran misión, es cierto que tomaste tus atajos pero al final estás donde querías estar y tus sueños se han hecho realidad gracias a la voluntad de Dios. Ahora tienes una gran responsabilidad, inculcar en esas mentes jóvenes la misma visión, la de ser profesional y la de servir. Al igual que tu mami estoy orgullosa de lo que has logrado...Mis respetos Doctora!
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