martes, 9 de agosto de 2016

Que mis expectativas sean tus percepciones



NUEVO INICIO, NUEVAS EXPECTATIVAS


Ingreso al aula, es lunes, primer día de clases para los alumnos y para mí. Ellos están conversando, riéndose, tal vez comentando sus vacaciones, de lo último posteado en  Facebook o Twitter, de su opinión respecto al nuevo gobierno presidencial,  están confraternizando. Los miro y saludo: buenas tardes chicos, voltean y me dicen desde sus asientos buenas tardes. Me dirijo al pupitre destinado para el docente y marco mi asistencia de ingreso en el sistema, me siento, acomodo mi cartera, saco mi tomatodo con agua de manzanilla. Es primer día de clase y comienzo a observar.  A mi mente vienen imágenes de otro centro de estudios, donde a los alumnos de un ciclo de estudios similar, les han enseñado a ponerse de pie cuando el docente ingrese y sentarse cuando lo autorice. Realidades distintas aunque todos son alumnos, algunos con ganas de aprender y otros, solo en busca de un 10.5 para ser promovidos al siguiente ciclo de estudios.
Doy por terminado mi proceso de observación (estaba recolectando datos) cuando una alumna pide permiso para ir al baño, luego otra, y sucede que varios quieren ir al baño, tal vez porque acaban de almorzar. Les doy un par de minutos para iniciar la clase. Van, regresan, pero tienen sed, sueño; les pregunto ¿empezamos…No!!! todavía!!!, responden. Me pregunto ¿aprenderán algo este ciclo? ¿se darán cuenta que están recibiendo educación?

En el Perú, el proceso de educación escolar formal comprende 3 años de estudio en el nivel inicial, 6 años de estudio en el nivel primaria y 5 años de estudio en el nivel secundaria, es decir un niño ingresa a los 3 años y debería egresar del proceso de educación escolar a los 16 o 17 años como máximo. Posteriormente decide, entre continuar estudios superiores, trabajar o tomar un descanso por los 14 años de estudio. Los estudios superiores pueden ser: a nivel técnico o universitario, que dependiendo de su elección pasaran otro número de años más estudiando. Para aquellos que decidieron no continuar con estudios superiores, el proceso de aprendizaje no acabó, porque aún tendrán la capacidad de modificar conductas anteriores, capacidad de mostrar nuevas conductas que no podrán ser explicados sobre la base de otras experiencias (Laska, 1976). Por lo tanto, este proceso no está relacionado con pertenecer a un centro de estudio superior, sino que ocurrirá en cualquier lugar y tiempo.
El concepto de aprendizaje difiere del concepto de educación, este último se refiere a la intención de aprender, guiar, controlar, influenciar, direccionar o manejar una situación de aprendizaje con la intención de llegar a una determinada meta (Laska, 1976, p. 7). La educación involucra el proceso de aprendizaje, el cual va a ser dirigido, completamente distinto a entrenamiento, motivo por el cual la educación es proceso eminentemente humano que va darse en distintas circunstancias, no necesariamente en una entidad escolar (Nuñez, 2007). Para Pozo, Álvarez, Luengo & Otero (2004), educación es perfeccionarse, involucrando valores sociales para hacer del hombre un ser individual y social.
En resumen, concordando con la idea de Fermoso (1988), educación es un proceso intencional, comunicación recíproca de información entre dos o más personas, espiritual, a fin de realizar con mayor virtud la instrucción, personalización y socialización del hombre. Sin embargo, para un docente que tiene principios cristianos el proceso de educación debe significar más que el acabar o llevar un curso con sus alumnos que solo servirá en la vida actual, sino que debe involucrar todo el ser, el desarrollo armonioso de las facultades físicas, mentales y espirituales de sus alumnos y prepararlos para servir en este mundo y un gozo superior proporcionado por un servicio más amplio en el mundo venidero ( (White, La educación, 1978).

Es hora de hablar, me pongo de pie, me presento: mi nombre (sin grados), el curso, el horario, material que necesitamos, libros que leeremos en el curso, trabajo de aplicación que iremos desarrollando semana tras semana, fechas de las practicas, entre risas, bromas y ejemplos voy explicándoles cada regla para el presente ciclo y lo más importante para ellos: formas de evaluación. Entonces pregunto: ¿alguna duda antes de iniciar la carrera?, todos me miran, algunos sonríen, otros miran su computadora y las clásicas preguntas: ¿puede repetir su nombre?, ¿grupos de cuanto para el trabajo de investigación?, ¿Cuántos minutos de tolerancia tenemos para ingresar al aula? Sonrío y respondo a cada una de sus preguntas, entre ellos algunos se burlan; trato que el ambiente sea de tolerancia y armonía. No habiendo más preguntas, empezamos. La carrera inicia, correremos juntos 17 semanas y pienso: nadie debe quedarse. Finalmente, alguien pregunta: Miss ¿usted jala?

Schiefelbein, Braslavsky, Gatti & Farrés en el año de 1994 realizaron un estudio “Las características de la profesión maestro y la calidad de la educación en américa latina”, a pesar haberse realizado hace más de 20 años, no dista mucho de la realidad actual. Ellos exponen: cada vez los maestros van en busca de cursos para perfeccionar, por elevar su calidad de formación a fin de utilizar herramientas y técnicas creativas para la enseñanza, acorde a la realidad geográfica, socioeconómica de sus alumnos. Sin embargo, son pocos los maestros que se preocupan por lograr que sus alumnos aprendan, se involucren en lo más grande que es la educación. Es decir, los maestros tienen interés por innovar, mejorar la calidad de educación, pero permiten que las carencias impidan el trabajo de educación al grupo de alumnos que de por sí ya viene heterogéneo, producto de un proceso de educación anterior. Como siempre, los maestros manifiestan ser mal atendidos en sus niveles de salario, lo cual crea un círculo vicioso, bajo salario – baja calidad, pues deben dedicar su tiempo a otras actividades salariales, menos a preparar sus clases.
Para Einstein, “ser maestro es aquel que se consagra a una causa, con toda su fuerza y alma. Por esta razón, ser maestro lo exige todo de una persona”.
Un maestro tiene el gran compromiso con la sociedad de moldear la materia prima, que es el hombre, para el presente y futuro de la sociedad. Para White (1934) un maestro debe tener paciencia, misericordia, amor, bondad, justicia y paz, tal y como eran cualidades de Jesús mientras estuvo en la tierra, el maestro de maestros. En otro libro la misma autora refiere “se necesitan maestros que se den cuenta de sus propias debilidades, flaquezas y pecados; que no sean opresivos ni desanimen a los niños y jóvenes” (White, 1975).
Como todo docente termino respondiendo, yo no jalo a mis alumnos, si ustedes no terminan siendo competentes en el curso, entonces ya saben los resultados.
El verdadero maestro no se satisface con un trabajo de calidad inferior…no puede contentarse con transmitirles únicamente conocimientos técnicos, con hacer de ellos contadores expertos, artesanos hábiles o comerciantes de éxito. Su ambición es inculcarles principios de verdad, obediencia, honor, integridad y pureza, principios que los conviertan en una fuerza positiva para la estabilidad y la elevación de la sociedad (White, 1978).
En el campo de la educación, evaluar termina siendo un aspecto frío, porque es más fácil implementar y echar andar todo un proceso que medir los avances del mismo (Nuñez, 2007).  En caso de omitir el proceso de evaluación, se estaría caminando con riesgos.  
He tenido mi primera semana, semana de introducción, de examen de entrada, de conocer un poquito del grupo de alumnos que irán conmigo en esta carrera. Good y Brophy mencionan “Todos los maestros se hacen ideas preconcebidas al conocer a los estudiantes y al interactuar con ellos”
Las ideas preconcebidas en la primera semana, trato de no tomarlas como puntos negativos de mis alumnos, pues hasta la primera semana para mi todos son iguales. Entonces ¿Cuáles son mis expectativas?
- Guiar a mis alumnos en estas 17 semanas de aprendizaje, a fin de cumplir con el fin de la educación, explicándoles la utilidad y aplicación de cada tema en su vida diaria.
- Explicar una vez más el tema, si es necesario, a fin de que la mayoría de los alumnos entienda el desarrollo y aplicación de las formulas, en caso hubiere un alumno que no comprenda, le explicaré de manera personal. Cuando tenga que corregir, quiero hacerlo de manera adecuada, paciente, con un lenguaje no ofensivo a los errores o debilidades que podrían cometer o tener mis alumnos.
- Respetar la opinión de mis alumnos, y darles la oportunidad de hablar sin que reciban burlas por parte de sus compañeros. Para esto, debo escucharlos, orientarlos y decirles que estaré pidiendo a Dios por los distintos problemas que podrían estar pasando.
- Incentivarlos a la lectura y a un cumplimiento correcto, adecuado y sin plagio del trabajo de investigación. Es mi deber animarlos a ser mejores, a superar a sus docentes a buscar la excelencia de manera limpia, sin atropellar a nadie.
- Ser más que una docente en el curso, una maestra que pueda reconocer mis errores, para mejorar, para ser amiga en algún momento que pueda ser necesario. Conservaré siempre una sonrisa, dejando de lado los problemas que podría yo estar pasando, porque en el aula de clase ellos son mi mundo.
No es mi intención desaprobarlos, tampoco tengo una meta cuantitativa de desaprobados o predestinar a un alumno inquieto a repetir el curso por segunda vez. Sino al contrario seguir un sistema de evaluación que brinde oportunidades, sin discriminar o lapidar a mis alumnos.
El planteamiento de Benjamín Bloom (1913 – 2000) propone que los educadores deben medir las capacidades del ámbito cognitivo: conocimiento, comprensión, aplicación, análisis, síntesis y evaluación (Bloom, 1974).
En el centro educativo superior donde laboro, el sistema de evaluación se rige bajo la taxonomía de Bloom, el cual debo implementar y no limitarlo a conocimiento y comprensión.
Quiero ayudar, ser justa, servir, acoger a mis alumnos, aquellos que están pasando problemas de salud (especialmente tú, niña, que vas a demostrar que nada te limita para continuar en la universidad), guiar a los que están solos, con padres y familia lejos de ellos.

Están son mis expectativas, pondré todo de mi parte y espero que todos terminemos la carrera con éxito. 
¡Mi tarea es esa! Bienvenidos al ciclo 2016 - II


Mis ex alumnos




 Referencias Bibliográfica


Laska, J. (1976). Schooling and Education: Basic Concepts and Problem. New York: D. Van Nostrand Company.
Nuñez, M. (2007). Educar es redimir. Lima: Fortaleza Ediciones.
Pozo, M. d., Álvarez, J. L., Luengo, J., & Otero, E. (2004). Teoría e instituciones contemporáneas de educación. Madrid: Biblioteca Nueva.
Fermoso, P. (1988). Teoría de la educación. México: Trillas.
White, E. (1978). La educación. Buenos Aires: ACES.
Schiefelbein, E., Braslavsky, C., Gatti, B., & Farrés, P. (1994). Las características de la profesión Maestro y la calidad de la educación en América Latina. Proyecto Principal de Educación en América Latina y el Caribe , 3 - 18.
White, E. (1934). Consejo para los maestros. Buenos Aires: CES.
White, E. (1975). La Educación Cristiana.
Bloom, B. (1974). Taxonomy of Educational Objectives. New York: Wiley.




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