martes, 5 de julio de 2016

La educación se vive




EDUCACIÓN VIVA


Las profesoras de mi hija 2015 - 2016
Miss Janini y Rocío

Visitar Chachapoyas, ciudad ubicada en la ceja de selva de nuestro país, en el departamento de Amazonas, permitió que percibiera la forma de trabajar de algunos docentes de educación básica. Dictar las clases en medio de la naturaleza, sin uso de tecnologías, viendo el rostro feliz de los niños, sin presiones, sin preocupación por elaborar maquetas o ganar concursos, aprendiendo dentro de la realidad de su contexto, de su cultura, con los medios que tienen a la mano y que les permite vivir su educación.
 

La educación es un proceso que inicia en el momento inmediato al nacimiento de un bebe, y es que se le va enseñando la hora de tomar leche, de dormir, la hora del baño, etc. No concuerdo con el tema que los bebes decidan a qué hora comer o que no quieran dormir en horas de la noche, salvo que sea un tema salud. Un texto que tome como base en mi inicio como madre fue “Debemos dedicar a su preparación más tiempo, cuidado y oración. (Los niños) necesitan que les demos más instrucción de la clase apropiada…El (Dios) los confió a vuestro cuidado, a fin de que los eduquéis para el cielo” (Gould de White, 2007, pág. 143). Distintos temas se le va inculcando al recién nacido, sin hacer uso de una pizarra, plumón, proyector o diapositivas - materiales usados por los docentes hoy - sino que a través de experiencias repetidas o vivencias pasadas los padres van enseñándoles temas de horarios, sabores, colores, fe, valores, reglas de conducta, etc. Es decir, van haciendo uso de una educación vivencial.
El esquema educativo que incluye estrategias de enseñanza, profesores y escuela ha ido cambiando en los últimos años, pues cada profesor en función al compromiso con la educación de sus alumnos, las normas de la escuela y tomando en cuenta la competencia a lograr en cada sesión de aprendizaje utilizará la estrategia adecuada. Similar ocurre con los padres en cuanto al uso de la mejor estrategia, pero ¿qué respecto a la escuela, si los padres no utilizan ese espacio para impartir educación? El papel de la escuela ha ido cambiando en los últimos años, lo cual ha desterrado las formas tradicionales de enseñanza, pues las personas tenemos distintas formas de aprender, el cual puede suceder en un contexto formal, no formal e informal (Belén Martín, 2014). Recordemos que la educación es una necesidad y tarea de todos (Torres, 2001).

Encontré una profesora con 17 alumnos en Huanca, me relató que ella pertenece a un colegio del estado y tiene a su cargo 3 grados de primaria en una misma aula (1°, 2° y 3°) teniendo en total 17 niños. En el mismo colegio hay otra aula con 3 grados juntos (4°, 5° y 6°) con un total de 14 niños a cargo de otra profesora. A este tipo de educación se llama multinivel, permitiendo al docente elaborar un mismo programa para un grupo de alumnos, que se va adaptando de acuerdo a sus capacidades. Dentro de sus comentarios, la docente manifestó que a la fecha tienen pocos alumnos, pues cada vez hay menos niños por familia, pero que no hay niño que quede sin recibir educación gratuita. Reciben libros de estudio por parte del gobierno y salen de la escuela hacia el campo a realizar ciertas sesiones de aprendizaje, como son del área de educación física, ciencia y ambiente y en algunos casos comunicación. Justo en el momento en que los encontré se encontraban cerca al Mirador de Huancas (maestra y sus 17 alumnos), jugando y explicando la clase de ese día, para luego retornar caminando hacia la escuela. La docente se hace responsable de sus alumnos y busca que estos vivan la educación con ayuda de los recursos que los rodean, pues no cuentan con mucho recurso económico, pero tampoco quedan excluidos de recibir educación.


Lázaro (2001) propone que, para distinguir entre uno y otro tipo de educación, tomar en cuenta dos criterios: la organización en secuencia de niveles o grados (para diferenciar entre formal y no formal) y la existencia de una programación de las acciones educativas (para diferenciar entre los dos primeros de la educación informal); por otro lado, Vásquez, Sarramona y Colom (1998) proponen cuatro criterios: estructuración, universalidad, duración e institución.
Para una mejor comprensión podemos decir que la educación que ocurre en un contexto formal es un sistema educativo institucionalizado y con jerarquías que va desde la educación inicial hasta la educación superior.
La educación en un contexto no formal es aquella que no tiene niveles, que es funcional, flexible por ejemplo los talleres que hoy en día brindan muchas escuelas a fin de complementar o suplir aspectos académicos o laborales.
Finalmente, la educación en un contexto informal es aquella que se da durante toda la vida de la persona y que puede suceder con la familia o amigos, pero que mediante ésta se adquieren conocimientos, habilidades y actitudes de experiencias diarias o su relación con el medio ambiente. Por lo tanto, el tipo de educación que imparten los padres desde un inicio, es en un contexto informal, pero del tipo vivencial.
Entonces nos dirigimos al aprendizaje que ocurre en un contexto formal y no formal, pues ambos van a suceder dentro de una institución, que puede ser educativa (en el caso de la primera) o en otro tipo de institución (en el caso de la segunda); otra diferencia es que la primera generalmente ocurre en grupos de personas heterogéneos, es decir con gustos y preferencias distintas; sin embargo, el aprendizaje no formal ocurre en grupos homogéneos de personas (Vásquez, Sarramona , & Colom, 1998).
La educación vivencial, viene utilizándose en los contextos no formales, tal vez porque es flexible y participativa, recordemos que en este contexto todos los participantes van hacia una misma competencia por decisión, gustos o preferencias propias, teniendo buenos resultados, por eso es que cada vez más escuelas diversifican los talleres que ofrecen a los alumnos, quienes se sienten satisfechos y no rehúsan participar en éstos, pues no lo ven como imposición sino como una posibilidad de descubrir sus talentos.  Entonces surge la pregunta ¿Por qué hay tanto problema en la educación formal? ¿puede usarse la educación vivencial en el contexto formal, recordando que se buscan aprendizajes permanentes, significativos y de calidad? La respuesta es afirmativa, es más algunos docentes la vienen aplicando, dependiendo de la disposición, experiencias, recursos económicos, recursos tangibles, tiempo e infraestructura tenga el colegio.
La educación vivencial surge con John Dewey (1859 – 1952), su propuesta se basa en que el niño, joven y adulto aprenden a medida que enfrentan situaciones problemáticas que nacen en el desarrollo de las actividades de su interés.  Dewey propone la educación en 3 fases: observación, extracción de significados y juicio de valor. Posteriormente, David Kolb en la década de los 70 menciona al aprendizaje vivencial en 4 fases: experiencia, reflexión, generalización y aplicación, todas estas fases van a generar una nueva experiencia (Synapsis, 2013).
La educación vivencial requiere de interacción, participación, de un proceso elaborado, pues no basta con tener o haber pasado la experiencia. Recordemos que la educación no basta con la simple adquisición de conocimientos, sino que implica el hacer (habilidades), para que termine en la reflexión, formulándose preguntas que motiven a buscar sus propias respuestas. Algunas escuelas en el área inicial vienen empleando este tipo de educación, tal vez porque es más sencillo, en comparación con las otras jerarquías del contexto educativo formal. Gervilla (2006) propone que los contenidos impartidos deben ir en relación al grado de madurez del niño, por lo tanto, deben ser significativos y no memorísticos, abiertos a la lectura y uso de tecnologías.

En el poblado de Karajía, encontré a otra maestra con aproximadamente 15 niños, quienes corrían hacia el lugar donde se encontraban los sarcófagos, pues en la parte inferior a éstos, hay una pequeña catarata, donde sería impartida la sesión de aprendizaje de ese día. Todos corrían, felices con botella plástica en mano, cuando llegaron al lugar, descendieron sin ningún temor, recogieron agua de los pozos que se iban formando producto de la catarata, se colocaron por grupos bajo la caída de agua para disfrutar de ella y cuando llego la maestra se sentaron en las piedras a fin de escucharla. ¡qué gran responsabilidad de la maestra! ¡Qué manera de vivir la educación! Tener a los alumnos ubicados en una pendiente, pero ellos sabían que debían obedecer, pues no observé a alguno saltando o alejándose del grupo.



Para impartir una educación vivencial el centro educativo requiere de espacio, áreas verdes e instalaciones que propicien este tipo de educación. Por ejemplo, si hoy nos toca un tema de ciencia y ambiente, es muy probable que necesite un jardín o huerto a fin de que los niños tengan contacto con la naturaleza, recordemos que es necesario que los niños crezcan, se fortalezcan y llenen de sabiduría bajo la dirección de Dios (Lucas 2:40), un claro ejemplo era Jesús, cuyos padres le impartieron una educación vivencial, tal es así que Él participaba en las actividades de carpintería, “cada artículo que hacía estaba bien hecho, las diferentes partes encajaban exactamente, el conjunto podía soportar cualquier prueba” ( (White, 2014, pág. 327), más tarde en la ejecución de su ministerio al exponer sus enseñanzas usaba casos de la realidad, vivenciales del entorno a fin de que las personas (adultos) pudieran tener una mejor comprensión del mensaje que impartía.
Una educación vivencial busca que los niños sean prácticos, que sean hombres y mujeres que puedan hacer frente a las emergencias (White, 2014).

Hace un año mencione a las profesoras de mi hija quienes tratan o buscan impartir una educación integral como parte de la filosofía de la escuela, pero no solo eso, sino que a lo largo de éstos dos años me he dado cuenta que a través de experiencias (educación vivencial) empleados como metodologías en determinados temas han logrado que mi hija adquiera conocimientos, descubra habilidades y adopte actitudes frente a situaciones de decisión, todo bajo la dirección de una cosmovisión bíblica (Dios).
Hoy quiero agradecer a las profesoras que me han ayudado en esta gran labor de la educación, cuando en lugar de solo decirle cual es la labor de un bombero, un policía, veterinario o un vendedor, tuvieron la paciencia y cuidado de llevar a los niños a la compañía de bomberos, comisaría, tiendas, etc, para que presencien, se entrevisten, conversen y aprendan de manera vivencial sobre cada uno de las ocupaciones. Por relatar cada historia bíblica a través de una representación con la participación de los niños. Y en cuanto al área de ciencia ambiente y persona social, a pesar de las limitaciones en espacio, lograban explicarle a través de la germinación, elaboración de origamis, manualidades, dramas o canciones los temas referentes a estas áreas. Referente a comunicación y lógico matemática, con cantos, adivinanzas, poemas, trabalenguas han despertado en mi niña el deseo de leer y escribir, contar y sumar. Sé que todo esto forma parte de un programa “Aprendizajes tempranos” pero sé que también requiere esfuerzo, elaboración, experiencia, vivencia y disposición a hacerse responsable de cada niño cada vez que salen de la escuela con la finalidad de tener una nueva experiencia.
 
Otro metodología usada hoy en día por muchos docentes es el aprendizaje por proyectos, metodología que consiste en enlazar teoría y práctica a través de la elaboración de un producto final, con el uso de materiales y tecnología, además de la cooperación de maestros y alumnos, tiene muchos beneficios, especialmente en el campo de las competencias (Coria Arreola, 2011). Sin embargo, se va distorsionando el objetivo de este tipo de aprendizaje, cuando es trasladado a buscar la cooperación de padres y alumnos aduciendo que se busca reforzar los lazos familiares en la elaboración de un producto final, pues termina mandándose a elaborar a terceras personas o lo elaboran sólo los padres, creando competencia entre productos finales.

Este último tipo de aprendizaje en alguna ocasión ha sido empleado por las maestras de mi hija, vuelvo a repetir dependiendo del tema a impartirse, como dice la teoría cooperando maestros y alumnos, pues hasta la fecha en estos dos años no me he visto involucrada en la elaboración de maquetas o proyectos, que genere competencia entre alumnos.
Maestras y maestros que están designados en zonas lejanas del país, que viven la educación a pesar de los escasos recursos económicos de su zona ¡Gracias a la labor que vienen desempeñando en todo este tiempo, porque vienen desarrollando aprendizajes y momentos significativos, porque se van convirtiendo en seres que serán recordados a lo largo del camino que aún les falta transitar a estos niños, por vivir la educación, por haber involucrado a sus alumnos a vivirla.

¡Feliz día del profesor, feliz día maestros!

¡Feliz día a quienes fueron mis maestros!

¡Feliz día a las maestras de mi hija!



Referencias bibliográficas

Belén Martín, R. (17 de Julio de 2014). Contextos de Aprendizaje: formales, no formales e informales. IKASTORRATZA. e-Revista de Didáctica(12), 1 - 13.
Coria Arreola, J. M. (2011). El Aprendizaje por Proyectos: Una metodología diferente. e- FORMADORES, 1 - 8.
Gervilla Castillo, Á. (2006). Didáctica básica de la educación infantil: conocer y comprender a los más pequeños. Madrid: Narcea S.A. de Ediciones.
Gould de White, E. (2007). El Hogar cristiano. Buenos Aires: Asociacion Casa Editora Susamericana.
Lázaro Lorente, L. (2001). Problemas y desafíos para la educación en el siglo XXI en Europa y América Latina. Universitat de València.
Synapsis, G. (2013). Programa capacitación aprendizaje vivencial, Apunte N° 1. Patagonia.
Torres, R. M. (2001). Comunidad de aprendizaje: la educación en función del desarrollo local y el aprendizaje. Simposio Internacional sobre Comunidades de Aprendizaje, Barcelona Forum 2004, (págs. 1 - 8). Barcelona.
Vásquez, G., Sarramona , J., & Colom, A. (1998). Educación no formal. Barcelona: Ariel Educación S.A.
White, E. G. (2014). Conducción del niño: Como enseñr a su hijo el camino que debe transitar. Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana.

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